viernes, 3 de septiembre de 2010

Tras las lluvias de agosto / Federico Reyes Heroles

Un cuarto de siglo

Querido Germán, ¡pero a quién se le ocurre morirse hoy! Pero qué impertinente. Mañana teníamos un homenaje, que sería motivo de fiesta, en la UNAM, tu UNAM, tu casa, y allí pensaba yo recordar cómo nos conocimos una vez en el mercado de Las Flores cada quien comprando ramos para nuestras musas. Hace un cuarto de siglo de eso. Y de allí en adelante, las noches gozosas de poesía y canto, allá en El Unicornio. Tu infinita sensibilidad para leer a Borges a Sabines y hacerlos de todos. Adriana cantaba, Gerardo Tamez y su gloriosa "Tierra Mestiza" , Jaime Guarneros y Ernesto Anaya, la fantástica tropa musical. El bueno de muricio Achar en una esquina y tú como columna vertebral de una recuperación de la vida en plena locura del siglo XX y de nuestra ciudad. Fue el inicio.
Vendría la comedia, ¡pero que facilidad de guionista! Ácido, duro, provocador irreverente levabas a la risa dolorosa, a la carcajada de desesperación , porque nos hacías reírnos de nosotros mismos. Pero después conocería tus inacabables muestras de generosidad con la Tarahumara, para los inundados de cada año, para los necesitados de siempre, para con todos. Y que decir de tu columna, compañera matutina desde hace mucho. Hay demasiados germanes que no caben en mil caracteres. No Germán no te puedes ir hoy y así. Te extraño.
Federico Reyes Heroles
a Germán Dehesa
el día de su partida

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