añil suspiro, distancia, hielo.
foto: Lago Argentino
Donde descubro la soledad colectiva
como puñales auditivos que se encierran.
Si pudiera retroceder y rehacer
Si pudiera al menos,
entregar un corazón más grande que mi mano
y estoy silenciosa, solo recuerdo, recuerdo…
y ni humedades se asoman en mis ojos.
Vago, por la ciudad de mis sombras
por los linderos de mis huesos furtivos.
Navego en la perfección de los recuerdos
y cuando aterrizo al presente, encuentro crueles
los espasmos de la imperfección.
Blanco plumaje impertérrito,
hipnotizada de rodeos pueriles.
Me deslizo entre las sábanas del desencanto
y callo, porque es mejor el silencio
que la palabra que se estrella hiriendo.
Y somos un mar de soledades, un mar de ternuras
que por espacios se alejan y silencian.
Parece que olvidamos caricias y gestos
que mantienen las pieles impolutas
y desconocemos un día cualquiera
la llave maestra que abre nuestro corazón
y reconcilia.
Antonietta Valentina
La imperfección de lo perfecto
Mar y Encuentros. Poesía
2009
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