Ay! Rosario, Rosario
Meditación en el umbral
(fragmento)
No, no es la solución tirarse bajo un tren
como la Ana de Tolstoi
ni apurar el arsénico de Madame Bovary
ni aguardar en los páramos de Ávila
la visita del ángel con venablo
antes de liarse el manto a la cabeza
y comenzar a actuar.
Ni concluir las leyes geométricas
contando las vigas de la celda de castigo
como lo hizo Sor Juana.
No es la solución escribir,
mientras llegan las visitas,
en la sala de estar de la familia Austen
ni encerrarse en el ático
de alguna residencia de la Nueva Inglaterra y soñar,
con la Biblia de los Dickinson,
debajo de una almohada de soltera.
Debe haber otro modo que no se llame Safo
ni Mesalina
ni María Egipciaca
ni Magdalena
ni Clemencia Isaura.
Otro modo de ser humano y libre.
Otro modo de ser.
Soroski…
ResponderBorrarAunque me perdí un poco en este recuerdo-relato (quizá por mi característica dispersión) es una delicia recordar ese viaje. Para mi, además de toda la explosión esmeralda como bien la llamas, me queda el placer de haber conocido a Doña Consuelito (te faltó mencionar los tamalitos deliciosos!) y la experiencia de viajar con dos amigas maravillosas
¡¡¡Graaaaacias!!!
p.d. Y se me antojaron demasiado las gorditas de maíz nuevo con cilantro y quesito!!!! (buuuuaaa!)