domingo, 6 de septiembre de 2009

el sentido común y el sentido del humor

¿Cuál de estos dos sentidos consideras que es indispensable para pasarla bien mientras deambulamos por este mundo?

Alguna vez escuché que hasta el más connotado ejemplar de la especie humana, está perdido si carece de sentido común. Sin embargo si lo poseen las personas que no han tenido acceso a la educación escolar, pueden llegar a pisar terrenos inaccesibles para los demás. Este sentido te pone en movimiento, te abre puertas y te permite llevar a cabo cualquier cosa que te propongas. Es algo tan valioso que no tiene precio, pues no se adquiere ni se estudia. Se nace con él.

No así el sentido del humor. El tenerlo o no, es cuestión de lo que hemos aprendido a través de las experiencias y de nuestra forma de “ver” la vida, aquí influye mucho como la ven o la veían los seres con los que crecimos. Lo interesante del caso es que siempre existe la oportunidad de aprender a ver las cosas de distinta manera.

Si eres de los que contemplan con el rostro acartonado y con rabia contenida a las personas que pueden reír hasta las lágrimas, piensa un poco y reflexiona: ¿Por qué yo no puedo? Si puedes, inténtalo y aplica la filosofía de Cabral: “Nunca digas NO PUEDO, ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes”

Además, si te gusta tener un aspecto joven y un rostro agradable ¡Ríete! La risa hace que nuestro cuerpo produzca ENDORFINAS, mientras más produzcas, tu piel estará más oxigenada, más tersa y retrasarás la aparición de arrugas tempraneras. Si por el contrario, te mantienes firme en tu propósito de poner cara de yeso y encima te enojas por todo, entonces estarás produciendo otra hormona, la ADRENALINA, que entre otras cosas te restará energía y la piel se te pondrá como papel reciclado.

Tú eliges, podrías permitirte al menos intentarlo, practicarlo y disfrutar los beneficios. No está de más agregar que -nada con exceso, todo con medida- pues se te puede pasar la mano y acabar confinada en un cuarto sin ventanas con las manos atadas a la espalda.
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Aunque esto sí es un poco complicado, para saber la dosis exacta, indiscutiblemente se necesita tener... sentido común.

el espacio de soroska


publicado en la edición agost-sept 09


Editorial Círculos